Sobre Religión

domingo, 14 de noviembre de 2010

Exponiéndome

De pasarme me pasan cosas y bastantes; será porque soy de los que me expongo un poco más de lo que se expone la media; que no pienso como se supone que se debe pensar ante nuevas situaciones, que soy sencillamente naif…; naturalmente, no siempre son cosas agradables.  Cada tanto me dan un palo, cada otro tanto me encuentro metido en un pequeño lío en que me las veo  y me las deseo para salir indemne.  Por lo general diría que  - entre lo bueno y lo malo que me ha sucedido - lo positivo supera  con mucho a lo negativo;  es más, añadiría  que  por lo general lo negativo tiene algo de lo que lo positivo carece o tiene en poco peso; obliga a la reflexión, por ende amplia el conocimiento.
No hablo aquí de héroes, de aventuras legendarias o de temeridades ciegas. Por principio, los adelantos del mundo apenas dejan resquicio para verdaderas hazañas; apenas veinte años atrás todavía era posible algo de ello, pero nunca como en los tiempos de los grandes descubridores,  que más o menos finalizaron a mitades del XIX; hoy en día hasta en el rincón más recóndito se capta la señal de un celular y no hay ya tierra ignota alguna que podamos encontrar en un mapa (o en google earth).  No hay misterio ya, cuanto mucho diferencias… e indiferencias. Comemos con China, cenamos con la India; las tradiciones se convierten en espectáculo para los turistas, los centros históricos de antiguas ciudades terminan pareciéndose a falsas copias de lo que fueron, son Disneylands de turno;  en el extrarradio o en los nuevos barrios  es difícil saber si estás a las afueras de Estambul o limitando con ciudad de Mexico.  Hablo de una exposición a un mundo casi sometido en que  todo se supone y se presupone; o sea, un mundo cotidiano en donde la sorpresa es mínima y no va más lejos de lo doméstica.  Pero, todavía,  y para suerte nuestra, queda  entre esos límites de suposición y presuposición una franja-  aunque mínima - para el asombro y para el desconcierto. Hay poco que buscar, poco que imaginar; los riesgos se han reducido a eventos fortuitos donde la vida en sí misma no está amenazada, son puramente contratiempos. Aún así, rápidos somos a sentir nuestra seguridad en peligro, intimidada. Pero yo soy flojo, me pesa demasiado acarrear con tanques y corazas; me agota el esfuerzo del control continuo; la barrera y el límite; sobre todo la barrera y el límite cuando me han sido dados sin explicación y sí mucha justificación; muy raramente de primera mano; generalmente en ambigua segunda mano, por no decir de dudosísima afirmación expandida.  Pocos son los que te dicen “a mí me pasó”, que te cuenten el detalle y la historia; que sean posibles la pregunta y el matiz; muchos los que emplean a  “un amigo mío”  cuyo nombre no recuerda o te advierten de tener precaución por lo que han leído o han oído.  No digo que no haya que escuchar, ni que no haya que considerar; hay que hacerlo pero no para frustrar de manera  definitiva la acción que se pretendía abordar, sino como cuidado y prudencia ante la misma. A partir de ahí será experiencia propia.
Tiendo por lo general a desconfiar de mis propios miedos, sobre todo de aquellos que no tienen más respuesta que el miedo en sí mismo, miedo irracional o subconsciente. No aguanto la cobardía paralizante, que aunque impulsiva e irrefrenable pueda manifestarse en alguna ocasión;  entiendo que no hace otra cosa que mermar mi libertad, y en consecuencia mi capacidad de conocimiento y de crítica.  
No voy de héroe, lo remarco: expreso tan solo. Me atrevo a expresar y con ello a exponerme al aplauso, al desprecio, al ánimo, a la indiferencia o al señalamiento. Si acaso hablo es porque creo que soy con todos… que cuantos más sean más seré yo.  Hablo de mi circunstancia, de mi desahogo; de mi aportación y de lo que me han aportado.
Sí, soy hijo del momento, por eso lo explico, por eso me interesa el momento del otro; a veces tan diferente, a veces tan cercano.  Sí, mi momento es importante, al igual que todos los momentos que existen. Quiero exponer, necesito exponer; porque así como desearía comprender, me deseo comprendido.
De pasarme, decía, me pasan muchas cosas.
Seguiré algún día; ahora tengo hambre.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Una de gitanos.

Decía al principio de este blog en el título “Como prólogo”  que  “los seres humanos somos un poliedro de múltiples e incontables caras que producen diferentes perspectivas, tonalidades, brillos y sombras.”  Os contaré una historia
Con dieciséis años más o menos, en  una tarde temprana,  me monté sobre mi moto decidido a recorrer los campos vecinos  a la casa en donde vivía.  Disfrutaba -  como sigo haciéndolo - de la naturaleza y de sus paisajes. Me habría alejado un par de kilómetros cuando una piedra se vino a cruzar con la rueda delantera;  caí muy malamente al borde del camino. La moto sobre mi cuerpo y la cabeza chorreando sangre a profusión.  Intenté   apartar la máquina pero no tuve la fuerza suficiente. Me entró un ataque de pánico y empecé a pedir socorro lo más alto que podía. Al poco vi un coche que se acercaba. Un matrimonio de mediana edad (clase media blanco) que seguramente volvía de un día de picnic. Paró junto a mí; me sentí aliviado. El hombre, que conducía, abrió la puerta y me preguntó qué tal estaba, le conté lo que había pasado, que necesitaba ayuda; miró a la mujer quien le dijo “mejor vámonos que se ensuciará todo el coche de sangre”. Así hicieron. Intenté de nuevo zafarme de la moto que me aprisionaba, no tenía fuerzas. Volví a gritar por auxilio; esta vez más fuerte. Cual milagro   apareció un gitano; rápido se puso en la faena; apartó la moto y con amabilísimas palabras mezcladas con chiste me tranquilizó; busco unas hiervas que puso sobre la herida en la cabeza, me dijo “aprieta, niño,  que la cosa no es tan grande”; se levantó y empezó a vocear el nombre de  alguien que con él estaba por esos campos. Se presentó rápido otro gitano con un cesto lleno de espárragos, apenas le dejó decir palabra y le ordenó que fuera al poblado en donde vivían a buscar un coche para trasladarme al hospital. Igual pasó media hora hasta que aquel volvió con un viejo Seat 24 destartalado; en todo ese tiempo me contaba historias; mi cabeza apoyada en su regazo.  Cuando llegamos a emergencias me dejaron en la puerta, “ve tú” me dijeron,” no podemos acompañarte hasta dentro si no queremos meternos en problemas”. “Qué problemas?” pregunté. “Pensarán que nosotros te hicimos algo” respondieron. Les dije que yo podía contar lo sucedido. “No sabes lo que esto muchacho” añadió uno de ellos. Les pedí sus nombres para poderles gratificar. Tampoco quisieron dármelos; por lo mismo, por no tener problemas. Las heridas no fueron graves, un par de puntos en la frente, otro en la ingle y algunas magulladuras y golpes.
Tengo suerte en la vida!; me pasan cosas que me permiten ver mundos que antes no hubiera imaginado. A partir de ese acontecimiento para mí el gitano dejó de ser lo gitano; desde ese momento entendí que más allá de una comunidad está  siempre el individuo, individuo único a pesar de su propia comunidad.  Poliédrico como todos los humanos.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Hoy no escribo, hago Copy-Paste

Discurso de Federico García Lorca al inaugurar la biblioteca de su pueblo. Medio pan y un libro

Medio pan y un libro.

Locución de Federico García Lorca al Pueblo de Fuente de Vaqueros (Granada). Septiembre 1931.

"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?

¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.

sábado, 6 de noviembre de 2010

CONOCERSE O INTUIRSE?


¿Conozco de mi? cuanto mucho me intuyo en base a mi experiencia. Experiencia que ha podido dar respuestas incorrectas para mi bienestar, que me ha podido hacer más egoísta, temeroso, recluido; menos expansivo. Experiencia que por otro lado ha podido acertar algunas respuestas para seguir apostando por la compasión, la generosidad, la apertura… Si algo sé de cierto es que soy con los otros; por reflejo y reflexión. Pero creo que nunca me conoceré y si algún día lo hago será el fin de mi mismo; o mejor, en las ocasiones en que creí conocerme es que estaba henchido por la vanidad o seco por la amargura. Soy -como todos -  un mundo, un poliedro multiplicante, una sorpresa…; y en esa medida no pierdo el deseo de ser mejor y mejorar; para mi bien y para mejor fortuna. Me diréis que uno se define por sus acciones, comportamiento y pensamiento; por su reacción y su respuesta frente a la vida. Entonces tendría que definirme en cada momento, ya que cada momento es cambiante; son infinitas variables que actúan en cada instante; una noche mal dormida o una noche disfrutada, una crisis global que a todos sobrecoge, un que te quedes sin luz por no poder pagar la factura o que puedas derrochar porque la suerte te ha sido amiga; a todo esto se te cruza una sonrisa, una llamada inesperada o envuelto por pensamientos errantes te recuerdas en la misma calle que estás pisando jugando feliz siendo niño. Un pellizco de nostalgia te sacude, cuando - justo en ese instante - otros niños actuales te envisten alegres, distraídos… quién sabe, quizás sonrías benevolente. O, cambiando la escena, te recuerdas en la misma calle siendo regañado por tu madre por vete a saber qué, quizás dirás a los niños malhumorado que anden con cuidado.. Quién sabe cuál será tu reacción, dependerá, dependerá…
Pero es una pequeña exposición en eventualidades conocidas, en límites comunes; sin embargo, qué conocemos de nosotros cuando el exposición es mayor, cuando ignoramos el límite. Pregúntese usted mismo quién sería viviendo una guerra, quién con la enfermedad y el hambre como compañeras diarias, quién obligado a huir o emigrar, quien cuando la vida de otros (no vida como extensión, sino como contraposición a la muerte) dependiera de sus decisiones… No obtendrá respuesta preguntandose a usted mismo, ni tan siquiera la puede imaginar; pero sí puede -aunque sea de lejitos - intuirse a través del otro; del emigrante que se le cruza y vaga por calles que le son extrañas; de aquel otro que se agarró al primer santo para sentirse protegido (qué le paso?).

 Cuando alguien me suelta convencido eso de “yo me conozco”, me dan ganas de decir: “no, amiguito, no; usted solo conoce las pequeñas cosas que le son comunes; si realmente quiere sorprenderse de si mismo y darse cuenta de que no tiene ni idea de quien es expongase y expándase; entonces hablaremos".


Quizá sea radical; pero es que ya me canso de tantas frasecitas achicletadas y acomodadas tipo “conócete a ti mismo”, “para poder amar hay primero que amarse a uno mismo"

Poetas, poesías

.Dejo ahí unos links de poesías que por su profundidad, lírica o expresividad me mueven particularmente.

Oda a Walt Whitman (Lorca)    Por ser tremendo manifiesto a lo autenticidad.
http://www.poemas-del-alma.com/oda-a-walt-whitman.htm

 - Canto a mi mismo (Walt Whitman)   Bellisimo canto a lo que vive
http://amediavoz.com/whitman.htm#1.%20Me%20celebro%20y%20me%20canto%20a%20m%C3%AD%20mismo.

- Hay un pais en el mundo (Pedro Mir)  Me fascina el uso del ritmo, el juego impresionante con las preposiciones. El empleo de la metáfora, la luz tropical, así como el dolor tropical
http://www.latinartmuseum.net/busqueda.htm

. Yo no quiero mas luz... (Miguel Hernandez) Simplemnte me parece bella, clara como la luz de la que habla
http://www.poemasde.net/yo-no-quiero-mas-luz-que-tu-cuerpo-ante-el-mio-miguel-hernandez/



- La vida es sueño (Calderón) Ufff! cuanta verdad
http://eldiariodemedianoche.blogcindario.com/2009/01/00332-libro-completo-la-vida-es-sueno-de-pedro-calderon-de-la-barca.html

- Oda I - La vida retirada (Fray Luis de León) Hermosa, moderna, profunda.
http://www.poemas-del-alma.com/fray-luis-de-leon-oda-i---vida-retirada.htm

-  Cántico (San Juan de la Cruz) Un idiota me dijo en una ocasión, esa poesía es de un gay enamorado. No entendió nada.
http://www.poesi.as/sjc01.htm

martes, 2 de noviembre de 2010

Mas respeto y menos tolerancia por favor.

Etimología de Respeto

Del lat. “respectus” (cf. it. “rispetto”, fr. “respect”, ingl. “respecto”), compuesta por el prefijo “re-” – “de nuevo, nuevamente” y “spectus” proveniente del verbo “specio” – “ver, mirar a”. Ésta última proviene de indoeuropeo *spek- “observar”

Etimología de Tolerancia

Del latín “tolerans” gen. “tolerantis” que es ppa. de “tolerare” – “soportar, cargar”, emparentado con el verbo “tollere” – “levantar”

La tolerancia por tanto tiene que ver con la capacidad individual de soportar; el respeto no tiene que ver con cargas, tiene que ver metaforicamente con la vista; dicho, con la capacidad de observar. Lo uno tiene que ver más con lo físicamente soportable, lo otro con lo intelectualmente soportable. Soportar una carga es una acción pasiva, observar es por contra una acción activa. La tolerancia carece de curiosidad, el respeto la exige.